En otoño todo cae.
Cae el verbo amar y se me
inunda de anaranjado la ciénaga del alma;
De gris, de verde, y de latidos mudos.
Mengua de vez en cuando la luna
y se me atenúan los dolores
con tres tragos secos y el olor a neblina.
El tiempo me pasa por encima,
como si aferrarse al otoño fuera lo único.
Me acostumbro al cambio,
echo a crecer las raíces
y se me cae la piel de a pedacitos.
En otoño todo cae.
Caen las hojas secas de vida
-de miradas-
y yo pinto al oleo tu sonrisa
que se va con el otoño.
Diluvia dentro de la casa
mientras invito a pasar a mi musa mas puta.
Me crecen tus caricias en las manos,
en el tronco, en las ramas,
y sobre todo en las raíces
En otoño todo cae.
Cae mi voz en la parte baja de tu espalda
y se me fragua en la punta de mis ramas
la carencia de tus tierras
-de tus deseos mas humanos-
Y cuando me doy cuenta,
tu ya has echado raíces,
y en tu otoño te revistes con mis hojas
para hacerte primavera.
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