You see that star up there? The second one to the left of the moon? That is my girl's star. She told me when she was young, she would look up at that star and somehow feel alright. Like the world just stopped and all care and worries become obsolete. She said whenever I felt lonely and needed someone to talk to, just to look up at that star and she could hear me. Funny I really didn't believe her, but the strange thing was she always seemed to know every problem I had before I would tell her. She was so perfect! She would never do anything to hurt anyone.
She always had a smile to give when someone felt lonely. I don't know what it was, but no matter what problems I had or how bad I felt, everything would be forgotten and disappear when I saw her face. I know everyone says that about their girl, but this one is different. She's mine. I was "the guy who never got the girl". I would spend my nights reading Shakespeare and Rostand to see what those guys had that I didn't. She didn't care about what I read, or what I said to try and impress people. She taught me to just be me. She gave me a whole new world to believe. Even a guiding star to follow.
Where is she? That's the reason I'm out here, tonight. You see, she died last Tuesday. The day after Valentine's Day. Yep, Valentine's Day. She was driving home when a car swerved into her lane and sideswiped her. The Doctor's said she died instantly. That she didn't suffer. I wouldn't think she would. God would never let one of his angels suffer. I honestly think she was an angel, sent here just for me to give me hope. Ever since she died, I've come out here every night at nine-fifteen sharp. The same time of our first kiss. It's weird too. I can still feel her holding my hand the way she did when we would just sit and watch the stars, together. I can still smell her perfume. Only one thing has changed, though. That star is now brighter, it shines the same way her eyes did.
viernes, 25 de septiembre de 2015
Otoño
En otoño todo cae.
Cae el verbo amar y se me
inunda de anaranjado la ciénaga del alma;
De gris, de verde, y de latidos mudos.
Mengua de vez en cuando la luna
y se me atenúan los dolores
con tres tragos secos y el olor a neblina.
El tiempo me pasa por encima,
como si aferrarse al otoño fuera lo único.
Me acostumbro al cambio,
echo a crecer las raíces
y se me cae la piel de a pedacitos.
En otoño todo cae.
Caen las hojas secas de vida
-de miradas-
y yo pinto al oleo tu sonrisa
que se va con el otoño.
Diluvia dentro de la casa
mientras invito a pasar a mi musa mas puta.
Me crecen tus caricias en las manos,
en el tronco, en las ramas,
y sobre todo en las raíces
En otoño todo cae.
Cae mi voz en la parte baja de tu espalda
y se me fragua en la punta de mis ramas
la carencia de tus tierras
-de tus deseos mas humanos-
Y cuando me doy cuenta,
tu ya has echado raíces,
y en tu otoño te revistes con mis hojas
para hacerte primavera.
.
Cae el verbo amar y se me
inunda de anaranjado la ciénaga del alma;
De gris, de verde, y de latidos mudos.
Mengua de vez en cuando la luna
y se me atenúan los dolores
con tres tragos secos y el olor a neblina.
El tiempo me pasa por encima,
como si aferrarse al otoño fuera lo único.
Me acostumbro al cambio,
echo a crecer las raíces
y se me cae la piel de a pedacitos.
En otoño todo cae.
Caen las hojas secas de vida
-de miradas-
y yo pinto al oleo tu sonrisa
que se va con el otoño.
Diluvia dentro de la casa
mientras invito a pasar a mi musa mas puta.
Me crecen tus caricias en las manos,
en el tronco, en las ramas,
y sobre todo en las raíces
En otoño todo cae.
Cae mi voz en la parte baja de tu espalda
y se me fragua en la punta de mis ramas
la carencia de tus tierras
-de tus deseos mas humanos-
Y cuando me doy cuenta,
tu ya has echado raíces,
y en tu otoño te revistes con mis hojas
para hacerte primavera.
.
martes, 14 de julio de 2015
Lo que la poesía aún no ha escrito.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa que vi.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita la ropa
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Caracas
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa que vi.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita la ropa
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Caracas
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
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