sábado, 28 de junio de 2014

El gato y la luna.





   Grises tardes en las que un gato se arrulla al son de la tormenta.
   
    Esperando que caiga la noche, mueve la cola y maúlla nostalgia.
 
   Áspero el viento sopla en su cara llevándole hojas secas.
 
   Nada más desea el gato que tocar la luna.

   Darle siete vidas mientras recorre su lado oscuro.
 
   Acostarse en su cuna mientras ella sonríe menguante.
 
   Lunático gato  y hasta un poco soñador.
 
   Ya cansado, salta del tejado, a la espera siempre de otra noche.

   
   

   

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